"He venido por TODOS mis HIJOS con el deseo de
acercarlos a Nuestros Corazones"




El Señor expuesto las 24  horas del día en vivo y en directo

https://www.youtube.com/watch?v=aHCHbn4abhk&t=145s






LAS HORAS DE LA PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
Las veinticuatro horas de la Pasión

 click en imagen

Meditaciones Sobre la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo.
Para acompañar a Nuestro Señor Jesucristo, en cada Hora de su Pasión

Por Luisa Picarretta, hija de la Divina Voluntad. 
(En proceso de Beatificación)



HORA DE SAN JOSÉ
Para hacer los:
Domingos a la 21 horas
 Domingos 09:00 PM




Mensajes de Dios y la Virgen María (MDM)
http://kyrieokumbaya.blogspot.com.es/

Presentamos la Asociación por las Almas del Purgatorio. 
¡Inscribe a las tuyas! ¡Reza por todas!
Por RORATE CÆLI -23/11/2014


martes, 14 de abril de 2015

NO PERMITIRÉ QUE CONTRAVENGÁIS MI PALABRA LO QUE DIOS DICE VALE PARA TODAS LAS GENERACIONES

12 DE ABRIL DE 2015
Atormentadas viven muchas almas que Me son fieles, pensando en el día de la tribulación. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos  Míos, lo que tenga que ser, será, pero quien vive unido a Mí y a Mi Santa Madre, pasarán la tribulación con Nosotros que no los dejaremos en momentos tan angustiosos. Eso no quiere decir que os relajéis, quiere decir que estéis preparados porque no sabéis ni el día, ni la hora, pero que confiéis plenamente en Nosotros que os amamos y no os dejaremos en las pruebas que os esperan. 

Aunque a veces os parecerá que no os oímos, que no respondemos a vuestras súplicas. Hijos, no perdáis la fe, que Nosotros somos inmutables y no abandonamos  a quienes nos sirven con amor y fidelidad. Confiad en Mí hijos, confiad en que Yo estoy con vosotros y ofreced todas las angustias por la salvación de tantas y tantas almas que no están preparadas para ninguna prueba, porque viven como la cigarra, alegremente cantando, sin proveerse nada para la tribulación. Yo, Jesús, os hablo. 

No dramaticéis, sed coherentes  con las Escrituras y no inventéis nada, lo escrito, escrito está. Y si oráis,  todo se os suavizará porque la oración es un tributo a Dios que calma su justa cólera. Pruebas las ha habido siempre a lo largo de la historia de la Humanidad. Yo siempre he tenido que intervenir  por causa del pecado que coge dimensiones atroces, pero en esta época el pecado no sólo ha cogido dimensiones atroces en todos los campos, sino que se le denomina como un derecho del hombre qué puede disponer de su cuerpo y libertad a su antojo. No, hijos, no. No permitiré que contravengáis Mi palabra, lo que Dios dice vale para siempre y para todas las generaciones y lo que era pecado en el principio de la Humanidad, lo es también ahora, porque el pecado no está justificado ni con las modas, ni con el mundo. Por eso, no os engañéis, los Mandamientos siguen vigentes y quienes los quebranten, allá él o ella, porque tendrán que pagar por ello atrozmente. Yo,

Jesús,  os hablo. 
Las virtudes siguen siendo virtudes también en esta época y lo que antes era bueno, sigue siéndolo ahora. Por tanto, no hagáis distinciones, la castidad sigue siendo santa ahora igual que antes y quien peque contra ella peca mortalmente y será juzgado severamente. Yo,  Jesús, os hablo. Las leyes divinas prevalecen a las humanas, las diga quién las diga. Los Diez Mandamientos son actuales y debéis enseñarlos en las Parroquias  y a vuestros hijos. Yo, Jesús, hablo y os aviso. Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo cree y lo pone en práctica.

Dejate-Amar.com: Un Mensaje de Amor Diario

09 – 10 – 2003
Fabiana

J. Déjate amar. No sobrevalores ningún estado de vida a menos que Yo esté.

F. Estoy tan desganada...

J. Estás en Mi Corazón. No te preocupes por nada.
Te mostré que no todas las compañías son buenas, aunque parezcan buenas.

F. Sabés en lo que estoy pensando. ¿Será parte de la realidad o estoy fantaseando?
Acá estoy en este nuevo día. Sé que se viene el cambio en el que no voy a tener que mendigar nada.

J. Conserva tu paz. Te voy preparando de a poco como para que aceptes y vivas serena. No tengas miedo de nada.

F. Otra vez se me viene a la mente ese lugar.

J. No resistas a los malvados. Si te declaran la guerra debes saber que Yo estoy.

F. Todavía me preocupo por pequeñeces.

J. Debes seguir el camino que voy marcándote sin esperar nada a cambio, de nadie, sino seguirme a Mí incondicionalmente. Ese proyecto no va a funcionar y tú saldrás victoriosa de todo esto. Sígueme sin mirar atrás, sin mirar a los costados para ver qué hago con los otros. Sígueme porque voy delante de ti abriendo el camino para que pases y no tropieces. Siempre va a ser una sombra en tu vida pero no desesperes porque Yo lo dispuse así.

Mírame y no desconfíes más.

F. ¿A qué colegio querés que vaya mi hijo?

J. Al colegio que vaya Yo lo voy a proteger.

F. ¿Y qué hago con “X” y con “X”? ¿Por qué siento lo que siento? No me gusta. Es un estigma.

J. Si Yo te elevo es asunto Mío. Ellos tendrán que rezar más para saber dónde está el centro.

F. El desapego me duele y me cuesta entender.

J. No tengas miedo de marcar diferencias porque es Mi Proyecto para tu vida, los demás quedan fuera.

F. Sí, hace unos meses me mostraste en una visión todo lo que me decís y lo que está pasando.

J. Ellos también son Instrumentos, deja que me valga de ellos también para Mi Obra en tu vida y no dudes de Mis designios aunque te parezca todo contradictorio en esta etapa.

F. Bueno, si es Tu Voluntad...

J. No temas nada, hija, ya viene tu recompensa.

F. Jesús me dictó una nueva oración:

Rosario de la muerte

En las cuentas grandes:

Padre líbranos de todo mal, con tu Santa Sabiduría, Señor, sálvanos de todo pecado y en
nombre de todos cuántos te queremos Señor, llévanos por el camino del Bien. Amén.
En las cuentas chicas (por los siete pecados capitales):
Sáname Señor por tus llagas y que tu Sangre me libere de la gula.
Sáname Señor por tus llagas y que tu Sangre me libere de la pereza.
Sáname Señor por tus llagas y que tu Sangre me libere de la avaricia.
Sáname Señor por tus llagas y que tu Sangre me libere de la envidia.
Sáname Señor por tus llagas y que tu Sangre me libere de la ira.
Sáname Señor por tus llagas y que tu Sangre me libere de la lujuria.
Sáname Señor por tus llagas y que tu Sangre me libere de la soberbia
.
En el final:
Señor, dígnate sanar las llagas dolorosas de tus hijos bienamados para que puedan servirte en santidad y alabar tu Nombre. Por los siglos de los siglos. Amén
(Se repite 3 veces haciendo la señal de la cruz con el crucifijo en la mano)

Los misterios:
Primer misterio: Meditar la agonía en el huerto por mí.
Segundo misterio: Meditar la flagelación por mí.
Tercer misterio: Meditar la coronación de espinas por mí.
Cuarto misterio: Meditar la cruz a cuestas por mí.
Quinto misterio: Meditar la muerte en cruz por mí
(Es para difundir, para cualquier persona)

F: ¿Por qué Rosario de la muerte?

J: Porque con mi muerte Yo hago morir el pecado en cada corazón, en cada alma. Rezad con mucha fe y verán cómo Mi Corazón transforma lo intransformable.

F: Jesús recomienda rezar frente al Santísimo. Dice que Su Corazón amante se derrite y derrite el pecado de quienes con fe y amor se postran ante Él implorando que les haga morir al pecado con Su Sangre y Sus Llagas.

J. Mírame y no te preocupes por los votos. Yo soy el dueño de la Congregación y nadie retira Mi mano de ella.

Yo soy un Dios de vivos no de muertos y quiero que el hombre muera al pecado para que VIVA.

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27-12-00
“Quiero que Mi mensaje se publique “todos los días”.
Es el alimento para Mis hijos. No temas al que dirán.
Yo sabré llegar a las almas.
Yo te hablo, al corazón, también a ellos quiero hablarles al corazón.”

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Consejos del Padre José di Bárbora para la lectura del libro 

Libro Dejate Amar1 - Tener en cuenta que Jesús y María nos están hablando personalmente en cada mensaje.

Debemos reemplazar la letra F. por la inicial de nuestro nombre y aplicar cada vivencia descripta en los mensajes a nuestra realidad.

2 - Leer los mensajes en orden, una o dos páginas por día.  Es un camino de crecimiento espiritual, que se desarrolla mensaje a mensaje.

Todo proceso de crecimiento tiene su orden, y para sacar mayor provecho del mismo conviene respetarlo.

3 - Siempre leer en la Biblia las citas mencionadas en los mensajes.

“….No se puede leer en dos días; se necesita “vivirlo” por años…”

P. José Di Bárbora en la introducción al libro Déjate Amar

sábado, 11 de abril de 2015

Festividad de la Divina Misericordia
Domingo 12 de abril de 2015

¡¡¡Oh! Sangre y Agua que brotasteis del Corazón de Jesús, como manantial de Misericordia para nosotros,
Confiamos en Tí!!!

Jesús, en Tí confio

Recordar la indulgencia plenaria: Quien se confiese y comulgue hoy y rece por el Papa, su alma queda como recién bautizada. Es decir, que evitaremos arder en el purgatorio… al menos por los pecados anteriores. Promesa de Jesús Misericordioso a Santa Faustina.

Diario de Santa Faustina

49 Deseo que haya una Fiesta de la Misericordia. Quiero que esta imagen que pintarás con el pincel, sea bendecida con solemnidad el primer domingo después de la Pascua de Resurrección; ese domingo deber ser la Fiesta de la Misericordia.

699 Una vez, oí estas palabras:
Hija Mía, habla al mundo entero de la inconcebible (138) misericordia Mía. Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores. Ese día están abiertas las entrañas de Mi misericordia. Derramo todo un mar de gracias sobre las almas que se acercan al manantial de Mi misericordia. El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas. En ese día están abiertas todas las compuertas divinas a través de las cuales fluyen las gracias. Que ningún alma tema acercarse a Mí, aunque sus pecados sean como escarlata.

Mi misericordia es tan grande que en toda la eternidad no la penetrará ningún intelecto humano ni angélico. Todo lo que existe ha salido de las entrañas de Mi misericordia. Cada alma respecto a mi, por toda la eternidad meditará Mi amor y Mi misericordia. La Fiesta de la Misericordia ha salido de Mis entrañas (139), deseo que se celebre solemnemente el primer domingo después de Pascua. La humanidad no conocerá paz hasta que no se dirija a la Fuente de Mi misericordia.

Deseo que los sacerdotes proclamen esta gran misericordia que tengo a las almas pecadoras. Que el pecador no tenga miedo de acercase a Mi. Me queman las llamas de la misericordia, deseo derramarlas sobre las almas humanas.

Jesús se quejó conmigo con estas palabras:
La desconfianza de las almas desgarra Mis entrañas. Aún más Me duele la desconfianza de las almas elegidas; a pesar de Mi amor inagotable no confían en Mí.

Ni siquiera Mi muerte ha sido suficiente para ellas. ¡Ay de las almas que abusen de ella! 300

Pide a Mi siervo fiel [132] que en aquel día hable al mundo entero de esta gran misericordia Mía:
¡¡Que quien se acerque ese día a la Fuente de Vida, recibirá el perdón total de las culpas y de las penas!!

+ La humanidad no conseguirá la paz hasta que no se dirija con confianza a Mi misericordia.

Oh, cuánto Me hiere la desconfianza del alma. Esta alma reconoce que soy santo y justo, y no cree que Yo soy la Misericordia, no confía en Mi bondad.

También los demonios admiran Mi justicia, pero no creen en Mi bondad.

Mi Corazón se alegra de este titulo de misericordia.
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reeditado

miércoles, 8 de abril de 2015

EL PAPA DE LA RAZÓN: Benedicto XVI



EL PAPA DE LA RAZÓN: Benedicto XVI

Escuche la respuesta que Benedicto XVI le da a un "niño", que dice que no ve a Jesús en la Eucaristía. Este Papa es humilde y tímido. La encíclica DEUS CARITAS EST fue la primera que escribió en su...

LOS ÁNGELES CANTAN UN CONTINUO ALELUYA PORQUE MORÍ Y RESUCITÉ Y OS TRAJE LA SALVACIÓN


5 DE ABRIL DE 2015

Hijos Míos, gran día es hoy Viernes Santo en que Yo, Jesús, de Nazaret padecí por vosotros y he consumado la Redención que desde siglos estaba anunciada. Yo, Jesús, os hablo.

Cielos y  Tierra se  alegran y se conmueven  ante la inmensidad de Mi amor  infinito, y los  Ángeles cantan un continuo Aleluya  porque  Yo, Jesús, morí y resucité y  os  traje a  todos  la  salvación. Qué  dolor tan inmenso  es para  Mí y los  bienaventurados  ver que a  multitud  de almas no aprovecharan Mis sufrimientos, ni el  derramamiento  de Mi Preciosísima Sangre.  Quien no se salva es   porque no  quiere  y rechaza una y otra vez los toques de Mi gracia.

Esto hijos es muy  doloroso, porque Yo por cada uno volvería a morir, pero cuando no quieren nada Conmigo y reniegan de Mí y Me escupen es para Mí peor que cuando Me lo hicieron en Mi dolorosa Pasión, porque ya han pasado siglos para creer y comprobar que Yo fui el Hijo de Dios que vine a salvaros de la muerte eterna. ¡Con cuánto amor lo hice! Mi Madre dolorosa al pie de la Cruz, soportando todas las ignominias que Me hicieron y todos los tormentos que Me proporcionaban. Ella sufrió lo que no podéis imaginar, sólo en la otra vida sabréis con exactitud el alcance de sus dolores. Yo, Jesús, os hablo.  

Hijos, tratad de vivir una vida cristiana de servicio a los demás y de culto a Dios, porque la vida avanza a pasos agigantados y lo que no hagáis mientras vivís de bueno ya no lo podréis hacer nunca más. Que se llenen vuestras alforjas de obras de amor que os avalen en la hora del juicio y Yo Me olvidaré de vuestros pecados si amáis de corazón a Dios y al prójimo. Yo, Jesús, os hablo.  

Que la Semana Santa sea para vosotros un medio para reconvertiros y comprometeros más con una vida cristiana, y lleguéis al final de vuestros días con el alma y la conciencia en gracia de Dios. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo.  Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo cree y lo pone en práctica.


***
3 DE ABRIL DE 2015



Hijos Míos, conmemoráis en estos días la Pasión que por vosotros y para Mi Padre Eterno padecí en Mi Cuerpo y en Mi Alma, y solo un mínimo de fieles la meditan, la agradecen, y la valoran. Yo, Jesús, os hablo.

Pero Yo os amo a pesar de vuestra indiferencia, y constantemente medio a Mi Padre Eterno por vosotros, para que no lleguéis al final de vuestras vidas con las manos vacías de méritos y el alma enfangada en el pecado de muchos años. Pero hijos, aunque viváis cómo paganos, una palabra santa que me elevéis a lo largo de vuestro día, una plegaria, una alabanza, Me consolaría de tanta ignominia y de tanta indiferencia que hay en las almas, incluso de los fieles católicos, que piensan más en sus intereses materiales que en las cosas espirituales de salvación eterna.

Por eso, os pido que abordéis un poco vuestra desidia espiritual con un acto de amor de vuestra voluntad, aunque no tengáis el sentimiento, con la voluntad Me basta y si Me decís: Jesús yo creo pero  aumenta  mi  fe  que ya ves que  apagada  está, Yo  os  escucharé y haré lo que Me pidáis. Yo, Jesús, os hablo.

Sé que algunos quisierais ser más fervorosos y más entregados a Mis cosas, pero que os aburren, por eso, os pido que elevéis vuestras plegarias a Dios en vuestras actividades cotidianas y Me pidáis ayuda, porque Yo escucho siempre lo que Me decís, aunque no siempre os dé una pronta respuesta. Paraos un poco a lo largo del día y haced silencio en vuestro interior y exterior, para que pueda Mi Santo Espíritu penetraros en el alma y obrar en vosotros. Pasáis todo el día ocupados en cosas, y cuando tenéis un tiempo para relajaros, lo hacéis viendo la televisión o con música a todo volumen, y no es posible que Mi Santo Espíritu penetre en vuestras almas para inspiraros y guiaros en vuestros pasos a dar. Yo, Jesús, os hablo.

Quien dio todo por vosotros Sangre y Vida por salvaros ¿no os dará lo que le pidáis por esa misma intención? Sé que muchos sois conscientes de que vais por malos caminos, y por eso mismo, tenéis que acudir a Mí y pedidme que no os deje en manos de los peligros del mundo y de Mi enemigo mortal.  Yo, Jesús, os hablo. Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo cree y lo pone en práctica.

Mzo 26_15 ESCUCHAD ATENTOS LO QUE OS VAYA YO A DECIR EN ÉSTE SANTO ROSARIO.


Rosario vespertino

Temas:
*Os pido abráis vuestro corazón plenamente, con confianza, con amor a todo lo que Yo os vaya a decir, puesto que estáis viviendo momentos de cambio en la humanidad y en el Universo entero, momentos decisivos para la salvación o condenación de infinidad de almas.
*Ahora no estáis preparados para los grandes acontecimientos por venir, deberéis orar mucho, si es posible, ayunos, mucha oración, rezo del Santo Rosario, para que os fortifiquéis para los momentos de la prueba.
*Estáis en el Tiempo de la Justicia pero, Mi Amor, no se termina. Mi Amor os pertenece, aún a pesar de vuestros pecados, de vuestra maldad, de vuestros actos detestables a Mis Ojos.
Vuestros hijos han perdido el contacto Conmigo, satanás se ha encargado de distraerlos para que no estén Conmigo.
*Lo que os daré será tan bello, que no extrañaréis lo pasado, gozaréis de inmediato Mis Regalos pero, sobre todo, Mi Amor, que se manifestará constantemente en múltiples formas, hasta que el hombre se llene nuevamente de soberbia y caiga en el mal.
*Una gran Luz tendréis, que os iluminará y que os llevará a lograr un cambio bellísimo. La Luz de Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor, que vendrá a renovar la faz de la Tierra.


Mensaje de Dios Padre y la Santísima Virgen María a J. V.

Ofrecimiento. Habla Dios Padre
Sobre: Os pido abráis vuestro corazón plenamente, con confianza, con amor a todo lo que Yo os vaya a decir, puesto que estáis viviendo momentos de cambio en la humanidad y en el Universo entero, momentos decisivos para la salvación o condenación de infinidad de almas.
Hijitos Míos, os pido abráis vuestro corazón plenamente, con confianza, con amor a todo lo que Yo os vaya a decir, puesto que estáis viviendo momentos de cambio en la humanidad y en el Universo entero, momentos decisivos para la salvación o condenación de infinidad de almas.

Os he hablado de múltiples formas para que regreséis a Mí pero, recordad que, después de la Palabra, viene la acción y ésta ya está también sobre vosotros.

Algunos aprenden con la Palabra otros, aprenden con la acción y, con la acción, Me estoy refiriendo a los castigos de la Purificación y, digo castigos, porque no habéis entendido como los hijos obedientes, como los hijos buenos, como los hijos atentos a las reglas que los padres piden a los hijos.

Vosotros habéis sido desobedientes a cumplir Mis Reglas, Mis Mandatos y habéis hecho lo que habéis querido y, ciertamente, que no estáis cumpliendo plenamente con lo que necesitáis cumplir para que Yo esté contento con vuestra actuación.

Así pues, escuchad atentos lo que os vaya Yo a decir en éste Santo Rosario. La humanidad se ha de preparar para acontecimientos muy difíciles, próximos venideros. No deberéis temer los que estáis Conmigo, os he repetido muchas veces pero, la Purificación, se dará en mayor o en menor fuerza, de acuerdo al amor que cada uno de vosotros hayáis cultivado en vuestro corazón y a los dolores que Me habéis causado con vuestros pecados. Soy un Dios Justo, os conozco a cada uno de vosotros plenamente y, así, seréis juzgados.

Ciertamente, Mi Amor, aún en el castigo, se derrama sobre vosotros y, cuando estéis padeciendo la purificación que os toque a cada uno, iréis recordando cómo Me dañasteis, lo que hicisteis y dejasteis de hacer, para darMe gusto y ayudar a vuestros hermanos en su salvación eterna.

Creed en Mis Palabras, creed en lo que os digo, porque estáis tan ensimismados en el Mundo y en vuestras cosas, que ya no cabe en vuestra vida la parte espiritual, que es la que debéis buscar. Os bendigo, Mis pequeños y estad atentos con Mis Enseñanzas.
Gracias, Mis pequeños.

Primer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Estáis en el Tiempo de la Justicia pero, Mi Amor, no se termina. Mi Amor os pertenece, aún a pesar de vuestros pecados, de vuestra maldad, de vuestros actos detestables a Mis Ojos.
Hijitos Míos, Mi Misericordia es grande, se os concedió por mucho tiempo y, os dije hace unos meses, que ésta ya había terminado y empezaba el Tiempo de la Justicia, y estáis en el Tiempo de la Justicia pero, Mi Amor, no se termina. Mi Amor os pertenece, aún a pesar de vuestros pecados, de vuestra maldad, de vuestros actos detestables a Mis Ojos.

Mi Hija, la Siempre Virgen María, os dio una secuencia de acontecimientos: Aviso, Milagro, Castigo y pocos habéis hecho caso a ellos.

La Iglesia de Mi Hijo ataca lo dicho por Mi Hija, Quien desea ayudaros en vuestra purificación. La Iglesia misma será purificada. En lo futuro, después de la Gran Purificación, Mis sacerdotes y ministros, serán santos, serán modestos, humildes, sencillos, donados totalmente a Mi Santo Espíritu.

Tendréis momentos de reflexión fuertes, las lágrimas correrán por vuestras mejillas, vuestro corazón se contristará, pero será para vuestro bien.

Se os ha dicho que es una Gracia especial, que concedo a las almas, llorar sus pecados y, los que estéis verdaderamente arrepentidos y os sintáis tocados por Mi Gracia, lloraréis por ellos y pediréis perdón, desde lo más profundo de vuestro corazón. Esto ayudará a que os volváis sencillos, porque os daréis cuenta de lo que os he dicho tantas veces, es una realidad y esto quiere decir, que os conozco perfectamente en vuestro interior. EntregadMe desde ahora vuestro corazón y todo vuestro ser, para que os vaya preparando y, en el momento preciso de vuestra purificación, no os sintáis atacados, cuando Yo os presente, frente a frente, vuestra realidad espiritual.

Porque os amo, os regaño, porque quiero lo mejor para vosotros, entended, que Soy vuestro Padre y quiero de vosotros lo mejor.

Yo os bendigo y os mando a Mi Santo Espíritu para que os prepare al momento de la prueba. Mis Bendiciones quedan con vosotros.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Ahora no estáis preparados para los grandes acontecimientos por venir, deberéis orar mucho, si es posible, ayunos, mucha oración, rezo del Santo Rosario, para que os fortifiquéis para los momentos de la prueba.
Hijitos Míos, ensanchad vuestra vida espiritual, vosotros sois parte de Mí, vosotros,debéis hablar el mismo idioma que Yo.

Mi Amor en pleno os espera en el Reino de los Cielos pero, también, Me manifestaré a vosotros.

Ahora no estáis preparados para los grandes acontecimientos por venir, deberéis orar mucho, si es posible, ayunos, mucha oración, rezo del Santo Rosario, para que os fortifiquéis para los momentos de la prueba. Si no estáis Conmigo, os he dicho que sucumbiréis.

Satanás ya os está atacando, muchos de vosotros, estáis sintiendo, de alguna forma, sus asechanzas. Deberéis uniros como verdaderos hermanos, ayudándoos los unos a los otros, en el momento de la tribulación y de la falta de alimentos, ahí es donde realmente se verá de qué está lleno vuestro corazón.

Os deberéis soltar plenamente a Mi Voluntad, con una confianza a toda prueba y, el cómo salgáis de ella, os llevará a reflexiones profundas, que os ayudarán a alcanzar los Cielos Nuevos y las Tierras Nuevas prometidas.

Todo esto que Yo permitiré en vuestra vida, os llevará a una purificación profunda, hasta llegar a las raíces del mal. Raíces que se empezaron a dar desde el Pecado Original.

Desde el Principio de los Tiempos habéis sufrido y debéis poner ya un alto. En la vida, en estas Tierras Prometidas que os daré, viviréis en una naturalidad espiritual perfecta, amándoos los unos a los otros, pero con un amor que no conocéis aquí en la Tierra.

Mucho bien tendréis, cuando aceptéis vuestra maldad y Me pidáis perdón. Hacedle saber a vuestros hermanos.

Momentos sobrios tendréis, y apreciaréis, porque lo superfluo desaparecerá. Os daréis cuenta que, con mucho menos de lo que ahora tenéis, viviréis más a gusto. Os habéis llenado de lastre, de cosas superfluas, que no os han permitido crecer espiritualmente.

Será un nuevo comienzo, pero para pocos de vosotros, porque una gran mayoría, será eliminada.

Yo os estaré guiando en todo momento. Los que estáis Conmigo, escucharéis Mi Voz y reconoceréis Mi Presencia en vosotros, alegraos, Mis pequeños, alegraos, por estos momentos difíciles que se presentarán en vuestra vida.

Os bendigo, Mis pequeños y agradeced toda esta preparación que Yo os daré para que quedéis purificados.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Vuestros hijos han perdido el contacto Conmigo, satanás se ha encargado de distraerlos para que no estén Conmigo.
Hijitos Míos, daos cuenta que todo esto que voy a permitir en vuestra vida, en vuestro Mundo, en el Universo entero, es para una renovación espiritual que, además, os unirá a todos.

Vivís rodeados de mentira y falsedad, vivís llenos de temores y de ataques de satanás en múltiples formas. Vuestros hijos han perdido el contacto Conmigo, satanás se ha encargado de distraerlos para que no estén Conmigo. Lo que es bueno para vuestra alma, ya no se busca, buscáis solamente lo que va a agradar a vuestros sentidos, aunque sea por un poco tiempo. Ya no buscáis lo que os va a dar gozo aquí, en ésta Vida y eternamente.

Mucho Bien, de parte Mía, os está esperando, vuestras necesidades espirituales, son grandes y no las estáis satisfaciendo. Estáis viviendo, muchos de vosotros, una vida mediocre espiritual. Si no buscáis vuestro crecimiento espiritual, ¿cómo ayudaréis a vuestros hermanos a encontrarlo y a hacerlo crecer?

Queréis amar y no sabéis cómo, puesto que satanás se ha encargado de distorsionar, aún lo más bello, que es el Amor.

Mis pequeños, no os canséis de buscar vuestro bien, basados en Mi Amor, en Mis Enseñanzas.

Habéis tenido momentos valiosos en vuestra existencia. Cuando Me he manifestado a los hombres, os he dejado conocimiento pero, también, obligaciones que tenéis qué cumplir.

El mal, caerá, veréis actuar a Mi Justicia Divina. Los que están ahora actuando en el mal, se sienten protegidos por satanás y, ¡qué error tan grande!

Buscad lo que a vuestra alma la hace crecer y desechad ¡ya!, en una forma imperante, lo que os lleva hacia el mal.

El tiempo, que ya no es tiempo, os alcanzará de golpe, deseo que vuestras almas estén limpias y preparadas para lo que Yo os pueda pedir.

Os estaré guiando y protegiendo, no dudéis, Mis pequeños, entended que solamente quiero vuestro bien y os quiero de regreso Conmigo.

Aquellos que llevan mucho tiempo desobedeciendo, tendréis pruebas mayores. Lamentaréis no haber puesto, años atrás, de vuestra parte para vuestro cambio espiritual.

BuscadMe en todo momento y Yo Me dejaré encontrar. Os bendigo, Mis pequeños. Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Lo que os daré será tan bello, que no extrañaréis lo pasado, gozaréis de inmediato Mis Regalos pero, sobre todo, Mi Amor, que se manifestará constantemente en múltiples formas, hasta que el hombre se llene nuevamente de soberbia y caiga en el mal.
Momentos bellísimos tendréis, Mis pequeños, momentos sublimes, espirituales, que la humanidad nunca ha tenido y que solamente serán superados en el Reino de los Cielos.

Mucho tenéis qué agradecerMe, Mis pequeños, de haber permitido a esta generación, apreciar el cambio espiritual que se dará pero, también, transformador en lo físico lo que tenéis a vuestro alrededor. Un cambio espiritual que apreciaréis infinitamente, porque lo primero que viviréis, será la Paz en vuestro interior, la Paz en vuestro alrededor, la Paz en el corazón de vuestros hermanos.

La Paz es una Gracia invaluable, es el regalo para las almas que acuden a Mí y permanecen en Mí. Recordaréis las Palabras de Mi Hijo, cuando entraba en un hogar y deseaba la Paz a los que ahí estaban. La Paz que se os dará, la reflejaréis y os iréis transformando, mientras tanto, así como se vayan sucediendo los acontecimientos de la Purificación, lo que iréis perdiendo, será todo aquello que era nocivo para vuestro crecimiento espiritual, para vuestra vida de relación Conmigo.

Satanás os llevó, supuestamente, a un crecimiento intelectual, con inventos que solamente os estaban separando de Mí.

Entended, que Yo, vuestro Dios, os daré una perfección de Conocimiento y no necesitaréis con lo que ahora os ayudáis para entablar una relación entre unos y otros, Yo Soy la Perfección y os puedo dar cosas inimaginables.

Lo que os daré será tan bello, que no extrañaréis lo pasado, gozaréis de inmediato Mis Regalos pero, sobre todo, Mi Amor, que se manifestará constantemente en múltiples formas, hasta que el hombre se llene nuevamente de soberbia y caiga en el mal.

Centraos pues, Mis pequeños, en estos momentos de vuestra liberación y, así lo deberéis tomar, os voy a liberar de las garras de satanás. Vosotros no os dais cuenta cómo os tiene atados a él y engañados, aparentando un bien, cuando en la realidad, estáis viviendo en el mal.

Cosas bellísimas os esperan y debéis desearlas de corazón, pedídMelas continuamente, con mucha vehemencia, para que os escuche.Sé lo que necesitáis y vosotros debéis confiar en Mí, al saber que sois Mis hijos.

No caigáis en la soberbia en la que estáis acostumbrados a vivir, mientras más pequeños y sencillos seáis, más grandes seréis ante Mis Ojos. Vuestra soberbia limita Mis Regalos hacia vosotros, porque vosotros sentís que no necesitáis nada para crecer, pero Yo os voy a demostrar, en esta Purificación, que lo que habíais escogido para vivir, no era lo correcto. Sois imperfectos, daos cuenta de ello, reconocedlo y agradecedMe que os haga ver esta realidad y os insista en ella. Debéis tender a la perfección, Perfección que vivió Mi Hijo y os la enseñó.

Entended que os amo, como nadie más os puede amar.

Venid pues y deseadMe de corazón, que os dé ¡ya!, lo que os acabo de detallar, mucho Bien se acerca para todos aquellos que no se separen de Mí.

Os bendigo, Mis pequeños, y os preparo para el gran cambio Universal en donde viviréis plenamente Mi Amor.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio. Habla la Santísima Virgen María.
Sobre: Una gran Luz tendréis, que os iluminará y que os llevará a lograr un cambio bellísimo. La Luz de Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor, que vendrá a renovar la faz de la Tierra.
(Lenguas…)Hijitos Míos, Soy vuestra Madre, la Siempre Virgen María. Feliz estoy, Mis pequeños, por el cambio que anuncia Nuestro Padre y Nuestro Dios.

Una gran Luz tendréis, que os iluminará y que os llevará a lograr un cambio bellísimo. La Luz de Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor, que vendrá a renovar la faz de la Tierra.

“Padre y Señor Mío, que Tu Nombre sea alabado, tres veces Santo, tres veces Glorioso, tres veces Divino”.

Os mostraré a Mi Hijo Glorioso, Triunfante, Su sola Presencia ante vosotros, os dará una alegría excelsa.

Conoceréis lo que Él hizo por vosotros, porque os hará vivir Su Vida y la gozaréis.

Todo lo que viene de los Cielos, Mis pequeños, es excelso, es bellísimo, es vivificador, es perfeccionador.

Viviréis momentos de Cielo aquí en la Tierra, que serán vuestro premio por haber luchado por mantener el Santo Nombre de Nuestro Dios en Su Santísima Trinidad y el Mío, el de vuestra Madre.

Nuestro Dios agradece en forma abundante e inmensa lo que hacéis por Él y para Él, empezando con vuestra aceptación en vuestro corazón, dejándole Vivir, compartiendo con Él, riendo y llorando con Él, haciendo Vida continua con Él, de día y de noche, como Él se lo merece.

Conoceréis ése Amor Divino y no os cansaréis de alabar y bendecir a Nuestro Dios, tres veces Santo, que tanto os ha cuidado, que tanto os ha dado, que tanto os ha perdonado.

Vuestros errores del pasado, en el pasado quedarán, empezaréis nuevas vidas.

Me agradeceréis Mis cuidados Maternales, Mis delicadezas hacia vosotros, Mi intercesión para la obtención de innumerables bendiciones y Gracias, para vosotros y para los vuestros. Yo os cuido en todo momento, Mis pequeños.

Os enamoraréis del Amor, del Amor bello y pleno de Nuestro Dios.

Planead ya, desde ahora, Mis pequeños, vuestro futuro y preparaos para él y esto es, como os dijo Mi Hijo, amándoos los unos a los otros, como Él os amó.

Con todo lo que os Hemos explicado, Mis pequeños, ¿todavía podéis tener miedo en vuestro corazón?, ¡no Mis pequeños!, si realmente confiáis en Nuestro Dios, en Su Santísima Trinidad y en Mí, vuestra Madre, deseosos debéis estar de que se sobrevengan ya los acontecimientos de la Purificación que os llevarán a un bien inmenso.

Como os dije, el mal, quedará atrás, el Bien Perfecto empezará para vuestras vidas, ¿eso os puede causar temor?, ¡no, Mis pequeños!, viviréis ya rodeados de verdad, rodeados de un Amor pleno, rodeados de una alegría Celestial, eso no os puede crear ni temor ni dolor. Dejaos mover por la Voluntad de Nuestro Dios, buscasteis el Bien y el Bien llegará a vosotros.

Os amo, Mis pequeños, entraréis ya a formar parte de la Familia Celestial aquí en la Tierra los que escogidos seréis.

Gracias, Mis pequeños.

sábado, 4 de abril de 2015

¡¡El Señor ha resucitado. Aleluya.
A Él, la Gloria y el Poder por toda la Eternidad, 
Aleluya...Aleluya!!






(Haendel - El Mesias, Aleluya)

El anuncio de la Resurrección

Mc. 16. 1-8 Lc. 24. 1-10 Jn. 20. 1-2
28 1 Pasado el sábado, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fuerona visitar el sepulcro. 2 De pronto, se produjo un gran temblor de tierra: el Ángel del Señor bajó del cielo, hizo rodar la piedra del sepulcro y se sentó sobre ella. 3 Su aspecto era como el de un relámpago y sus vestiduras eran blancas como la nieve. 4 Al verlo, los guardias temblaron de espanto y quedaron como muertos. 5 El Ángel dijo a las mujeres: «No teman, yo sé que ustedes buscan a Jesús, el Crucificado. 6 No está aquí, porque ha resucitado como lo había dicho. Vengan a ver el lugar donde estaba, 7 y vayan en seguida a decir a sus discípulos: “Ha resucitado de entre los muertos, e irá antes que ustedes a Galilea: allí lo verán”. Esto es lo que tenía que decirles». 8 Las mujeres, atemorizadas pero llenas de alegría, se alejaron rápidamente del sepulcro y corrieron a dar la noticia a los discípulos.


616-Glorificación de Jesús y María.
(Revelaciones de Jesus a María Valtorta)

La mañana de la Resurrección. Oración de María.

Las mujeres reanudan sus labores con los ungüentos, que durante la noche, con el fresco del patio, se han solidificado para formar una manteca densa. Juan y Pedro piensan que es conveniente ordenar el Cenáculo, limpiando las piezas de la vajilla y luego poniendo todo como si hubiera acabado de terminar la Cena. -Él lo dijo - dice Juan. -También había dicho: "¡No durmáis!". Había dicho: "No seas soberbio, Pedro. ¿No sabes que la hora de la prueba está a las puertas?". Y... y dijo: "Me negarás..." - Pedro llora de nuevo, mientras dice con desmesurado dolor: -¡Y lo he negado! -¡Basta, Pedro! A1 presente, eres de nuevo tú. ¡Basta de ese tormento! -Jamás, jamás bastará. Aunque me hiciera tan viejo como los primeros patriarcas, aunque viviera los setecientos o los novecientos años de Adán y de sus primeros descendientes, jamás dejaría de tener este tormento.

-¿No esperas en su misericordia? -Sí. Si no creyera en ello, sería como el Iscariote: un desesperado. Pero aunque Él de hecho me perdona desde el seno del Padre a donde ha vuelto, yo no me perdono. ¡Yo! ¡Yo! Yo que dije: “No lo conozco”, porque en ese momento era peligroso conocerlo, porque sentí vergüenza de ser discípulo suyo, porque tuve miedo a la tortura… Él iba a la muerte y yo... pensé en salvar mi vida...)sigue...

(...)Entra, atraída por los gritos, María Magdalena. -No grites ese modo. María te oye. ¡Está verdaderamente agotada! No tiene fuerzas para nada. Todo le hace daño. Tus gritos inútiles y descomedidos le traen de nuevo el tormento de lo que fuisteis... -¿Ves? ¿Ves, Juan? Una mujer puede imponerme silencio. Y tiene razón. Porque nosotros, los varones consagrados al Señor, hemos sabido sólo mentir o huir. Las mujeres se han comportado como es debido. Tú, poco más que una mujer por tu gran juventud y pureza, has sabido permanecer. Nosotros, nosotros, los fuertes, los varones, hemos huido. ¡Oh, cómo debe despreciarme el mundo! ¡Dímelo, dímelo, mujer! ¡Tienes razón! Pon tu pie en esta boca que ha mentido. En la suela de la sandalia hay quizás algo de su Sangre. Y sólo esa Sangre mezclada con el barro del camino, puede dar un poco de perdón, poco de paz a este hombre que abjuró. ¡Debo empezar a acostumbrarme al desprecio del mundo! ¿Qué soy yo? ¡Decidlo, venga: ¿qué soy?-Una gran soberbia - responde tranquila la Magdalena - ¿Dolor? También dolor. Pero, créeme, de diez partes de tu dolor, cinco -por no ofenderte diciendo seis- son del dolor de ser un hombre que puede ser despreciado. ¡Y verdaderamente yo te voy a despreciar, si sigues sólo gimiendo y entregándote a histerias, justo como hace una mujer necia! Lo hecho, hecho está. Y no son los gritos descomedidos los que lo reparan y lo borran. Lo único que hacen es llamar la atención y mendigar una compasión no merecida. Sé viril en tu arrepentimiento. No grites. Haz. Yo... tú sabes quién era yo... Pero, cuando comprendí que era más despreciable que el vómito, no me entregué a convulsiones. Hice. Públicamente. Sin indulgencias conmigo misma y sin pedir indulgencia. ¿Que el mundo me despreciaba? Tenía razón. Me lo había merecido.(...)

sigue...

(...)El mundo tuvo que convencerse de que María la pecadora ya no existía. Con los hechos he convencido al mundo. Haz tú lo mismo, y calla.

-Eres severa, María - objeta Juan. -Más conmigo que con los demás. Lo reconozco. No tengo la mano suave de la Madre. Ella es el Amor. Yo... ¡Oh, yo! He quebrantado mi carnalidad con el azote de mi voluntad. Y más que lo haré. ¿Tú crees que me he perdonado el haber sido la Lujuria? No. Pero sólo me lo digo a mí. Y me lo seguiré diciendo siempre. Consumida moriré en este secreto, doloroso recuerdo de haber sido la corruptora de mí misma, en este inconsolable dolor de haberme profanado y de no haberle podido dar a Él otra cosa sino un corazón pisoteado... ¿Ves?... he trabajado más que todas en los bálsamos... Y con más coraje que las otras le quitaré la mortaja... ¡Oh, Dios, cómo estará ya! (María de Magdala, sólo de pensarlo, se pone pálida). Y lo cubriré con nuevos bálsamos,(...) 

sigue...

(...)Quisiera... quisiera tener la mano de la Madre Virgen para llevar a cabo la última unción...María ahora llora quedo, sin convulsiones. ¡Qué distinta de la Magdalena teatral que siempre nos presentan! Es el mismo llanto silencioso que tuvo el día de su perdón en la casa del fariseo(...)

Del libro: Glorificación de Jesús y María.

(Revelaciones de Jesus a María Valtorta)

viernes, 3 de abril de 2015

De la madrugada del Jueves Santo al Viernes Santo
LOS 15 OCULTOS SUFRIMIENTOS Y DOLORES DE JESÚS EN SU PASIÓN
JESÚS, atendiendo los ruegos de la piadosa amantísima Hermana María Magdalena de la Orden de Santa Clara, que vivía santamente en Roma,  que deseaba conocer sus sufrimientos secretos, se le apareció y le reveló y comunicó verbalmente los sufrimientos desconocidos, que había soportado la noche anterior a Su muerte.



Primero:
Amarraron con una cuerda mis pies y me arrastraron escalera abajo hacia un sótano sucio y maloliente.
Todos: Señor, perdóname y perdona a toda la humanidad por lo que a Ti te hicimos.

Segundo:
Me desvistieron y me hincaron el Cuerpo con púas de hierro.
Todos: Señor, perdóname y perdona a toda la humanidad por lo que a Ti te hicimos.

Tercero: 
Me ataron una soga al Cuerpo y me arrastraron por todo el inmundo piso del sótano.
Todos: Señor, perdóname y perdona a toda la humanidad por lo que a Ti te hicimos.

Cuarto:
Me abrazaron a un pedazo de madera y me colgaron, hasta que no pude más. Me solté y caí; mi dolor fue tan grande que lloré lágrimas de sangre.
Todos: Señor, perdóname y perdona a toda la humanidad por lo que a Ti te hicimos.

Quinto:
Me ataron a un poste de madera y traspasaron mi Cuerpo con diferentes armas punzantes: me apedrearon y me quemaron con carbones ardientes y con sus antorchas.
Todos: Señor, perdóname y perdona a toda la humanidad por lo que a Ti te hicimos.

Sexto:
Me traspasaron con lanzas y púas; me arrancaron piel y carne de mi Cuerpo y Venas.
Todos: Señor, perdóname y perdona a toda la humanidad por lo que a Ti te hicimos.

Séptimo:
Me ataron a una columna y me quemaron con latas calientes.
Todos: Señor, perdóname y perdona a toda la humanidad por lo que a Ti te hicimos.

Octavo:
Me pusieron una corona de hierro y me vendaron los ojos con trapos sucios e inmundos.
Todos: Señor, perdóname y perdona a toda la humanidad por lo que a Ti te hicimos.

Noveno:
Me sentaron sobre filosos clavos, los cuales se me clavaron y me produjeron enormes agujeros en mi Cuerpo.
Todos: Señor, perdóname y perdona a toda la humanidad por lo que a Ti te hicimos.

Décimo:
Echaron sobre mis heridas plomo líquido y brea derretida; luego me empujaron y caí bruscamente.
Todos: Señor, perdóname y perdona a toda la humanidad por lo que a Ti te hicimos.

Onceavo: 
Me ultrajaron, y de castigo me incrustaron alfileres y clavos en los huecos que quedaron de mi arrancada piel.
Todos: Señor, perdóname y perdona a toda la humanidad por lo que a Ti te hicimos.

Doceavo:
Me arrojaron sobre una cruz en la cual me ataron tan fuertemente que no podía respirar.
Todos: Señor, perdóname y perdona a toda la humanidad por lo que a Ti te hicimos.

Treceavo:
Me pisaron mi cabeza; uno de ellos pisó mi pecho y luego sacando una espina de mi corona me la clavó en la lengua.
Todos: Señor, perdóname y perdona a toda la humanidad por lo que a Ti te hicimos.

Catorceavo:
Me echaron las más asquerosas inmundicias en mi boca.
Todos: Señor, perdóname y perdona a toda la humanidad por lo que a Ti te hicimos.

Quinceavo: 
Me dijeron las más infames palabras y expresiones denigrantes; me ataron las manos atrás de mi espalda, y me sacaron a golpes y empujones de aquella prisión, a la vez que me azotaban repetidas veces.

Todos: Señor, perdóname y perdona a toda la humanidad por lo que a Ti te hicimos.

Amén.


INVOCACIONES A DIOS PADRE
¡Señor del universo! Te rogamos, que esta humanidad, llevada cada día más al precipicio, se enteren que:

Jesús en su pasión sufrió por todos, ya que cada día hay más soldados clavándolo, y que esos soldados muchas veces, somos nosotros mismos.


§ Que entiendan que a nuestra Santa Madre María le sigue sangrando el corazón, por el dolor de ver nuevamente a su Hijo escarnecido.
§ Que entiendan que cada pecado apaga el fuego del amor ardiente de Sacratísimo Corazón de mi Jesús y del Santísimo Corazón de mi Madre María, y que cada conversión lo vuelve a hacer arder.
§ Que entienda la humanidad que los placeres de este mundo son ínfimos comparados con la gloria de ver y gozar de la Gloria de Dios en el Cielo, y que, más bien, cada pecado, son lanzas nuevas clavadas en el Corazón de Jesús.


Nota: Esto fue revelado a una vidente para orar en grupo... o a solas.



***
Viernes Santo
La muerte de Jesús

Mc. 15. 33-39 Lc. 23. 44-48 Jn. 19. 29-30
45 Desde el mediodía hasta las tres de la tarde, las tinieblas cubrieron toda la región. 46 Hacia las tres de la tarde, Jesús exclamó en alta voz: «Elí, Elí, lemá sabactani», que significa: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?». 47 Algunos de los que se encontraban allí, al oírlo, dijeron: «Está llamando a Elías». 48 En seguida, uno de ellos corrió a tomar una esponja, la empapó en vinagre y, poniéndola en la punta de una caña, le dio de beber. 49 Pero los otros le decían: «Espera, veamos si Elías viene a salvarlo». 50 Entonces Jesús, clamando otra vez con voz potente, entregó su espíritu.

51 Inmediatamente, el velo del Templo se rasgó en dos, de arriba abajo, la tierra tembló, las rocas se partieron 52 y las tumbas se abrieron. Muchos cuerpos de santos que habían muerto resucitaron 53 y, saliendo de las tumbas después que Jesús resucitó, entraron en la Ciudad santa y se aparecieron a mucha gente. 54 El centurión y los hombres que custodiaban a Jesús, al ver el terremoto y todo lo que pasaba, se llenaron de miedo y dijeron: «¡Verdaderamente, este era Hijo de Dios!».

609-La crucifixión, la muerte y el descendimiento.
Del libro :Pasión y Muerte de Jesús (Revelaciones de Jesús a María Valtorta)


(...)María: la nueva Eva. Ella os enseña la nueva religión que lleva el amor hasta el punto de perdonar a quien mata a un hijo. No seáis como Judas, que cierra su corazón ante esta Maestra de Gracia y se desespera diciendo: "Él no me puede perdonar", poniendo en duda las palabras de la Madre de la Verdad, y, por tanto, mis palabras, que siempre habían repetido que Yo había venido para salvar y no para condenar. Para perdonar a aquel que, arrepentido, viniera a mí(...)



sigue..

(...)Es ahora el turno de Jesús. Él se extiende mansamente sobre el madero. Los dos ladrones se rebelaban tanto, que, no siendo suficientes los cuatro verdugos, habían tenido que intervenir soldados para sujetarlos, para que no apartaran con patadas a los verdugos que los ataban por las muñecas. Pero para Jesús no hay necesidad de ayuda. Se extiende y pone la cabeza donde le dicen que la ponga. Abre los brazos como le dicen que los abra. Estira las piernas como ordenan que lo haga. Sólo se ha preocupado de colocarse bien su velo. Ahora su largo cuerpo, esbelto y blanco, resalta sobre el madero oscuro y el suelo amarillo. Dos verdugos se sientan encima de su pecho para sujetarlo. Y pienso en qué opresión y dolor debió sentir bajo ese peso. Un tercer verdugo le toma el brazo derecho y lo sujeta: con una mano en la primera parte del antebrazo; con la otra, en el extremo de los dedos. El cuarto, que tiene ya en su mano el largo clavo de punta afilada y cuerpo cuadrangular que termina en una superficie redonda y plana de1 diámetro de diez céntimos de los tiempos pasados, mira si el agujero ya practicado en la madera coincide con la juntura del radio y el cúbito en la muñeca. Coincide. El verdugo pone la punta del clavo en la muñeca, alza el martillo y da el primer golpe. Jesús, que tenía los ojos cerrados, al sentir el agudo dolor grita y se contrae, y abre al máximo los ojos, que nadan entre lágrimas. Debe sentir un dolor atroz... el clavo penetra rompiendo músculos, venas, nervios, penetra quebrantando huesos...María responde, con un gemido que casi lo es de cordero degollado, al grito de su Criatura torturada; y se pliega, como quebrantada Ella, sujetándose la cabeza entre las manos. Jesús, para no torturarla, ya no grita. Pero siguen los golpes, metódicos, ásperos, de hierro contra hierro... y uno piensa que, debajo, es un miembro vivo el que los recibe. La mano derecha ya está clavada. Se pasa a la izquierda.


El agujero no coincide con el carpo. Entonces agarran una cuerda, atan la muñeca izquierda y tiran hasta dislocar la juntura, hasta arrancar tendones y músculos, además de lacerar la piel ya serrada por las cuerdas de la captura. También la otra mano debe sufrir porque está estirada por reflejo y en torno a su clavo se va agrandando el agujero. Ahora a duras penas se llega al principio del metacarpo, junto a la muñeca. Se resignan y clavan donde pueden, o sea, entre el pulgar y los otros dedos, justo en el centro del metacarpo. Aquí el clavo entra más fácilmente, pero con mayor espasmo porque debe cortar nervios importantes (tanto que los dedos se quedan inertes, mientras los de la derecha experimentan contracciones y temblores que ponen de manifiesto su vitalidad). Pero Jesús ya no grita, sólo emite un ronco quejido tras sus labios fuertemente cerrados, y lágrimas de dolor caen al suelo después de haber caído en la madera. Ahora les toca a los pies. A unos dos metros -un poco más- del extremo de la cruz hay un pequeño saliente cuneiforme, escasamente suficiente para un pie. Acercan a él los pies para ver si va bien la medida. Y, dado que está un poco bajo y los pies llegan mal, estiran por los tobillos al pobre Mártir. Así, la madera áspera de la cruz raspa las heridas y menea la corona, de forma que ésta se descoloca arrancando otra vez cabellos, y puede caerse; un verdugo, con mano violenta, vuelve a incrustársela en la cabeza...Ahora los que estaban sentados en el pecho de Jesús se alzan para ponerse sobre las rodillas, dado que Jesús hace un movimiento involuntario de retirar las piernas al ver brillar al sol el larguísimo clavo, el doble de largo y de ancho de los que han sido usados para las manos. Y cargan su peso sobre las rodillas excoriadas, y hacen presión sobre las pobres tibias contusas, mientras los otros dos llevan a cabo la operación, mucho más difícil, de enclavar un pie sobre el otro, tratando de hacer coincidir las dos junturas de los tarsos. A pesar de que miren bien y tengan bien sujetos los pies, por los tobillos y los dedos, contra el apoyo cuneiforme, el pie de abajo se corre por la vibración del clavo, y tienen que desclavarlo casi (desclavar invirtiendo la posición, o sea, poniendo debajo el pie derecho y encima el izquierdo), porque después de haber entrado en las partes blandas, el clavo, que ya había perforado el pie derecho y sobresalía, tiene que ser centrado un poco más.


Y golpean, golpean, golpean... Sólo se oye el atroz ruido del martillo contra la cabeza del clavo, porque todo el Calvario es sólo ojos atentísimos y oídos aguzados, para percibir la acción y el ruido, y gozarse en ello...Acompaña al sonido áspero del hierro un lamento quedo de paloma: el ronco gemido de María, quien cada vez se pliega más, a cada golpe, como si el martillo la hiriera a Ella, la Madre Mártir. Y es comprensible que parezca próxima a sucumbir por esa tortura: la crucifixión es terrible: como la flagelación en cuanto al dolor, pero más atroz de presenciar, porque se ve desaparecer el clavo dentro de las carnes vivas; sin embargo, es más breve que la flagelación, que agota por su duración.


Para mí, la agonía del Huerto, la flagelación y la crucifixión son los momentos más atroces. Me revelan toda la tortura de Cristo. La muerte me resulta consoladora, porque digo: « ¡Se acabó!». Pero éstas no son el final, son el comienzo de nuevos sufrimientos.Ahora arrastran la cruz hasta el agujero. La cruz rebota sobre el suelo desnivelado y zarandea al pobre Crucificado. Izan la cruz, que dos veces se va de las manos de los que la levantan (una vez, de plano; la otra, golpeando el brazo derecho de la cruz) y ello procura un acerbo tormento a Jesús, porque la sacudida que recibe remueve las extremidades heridas.Y cuando, luego, dejan caer la cruz en su agujero -oscilando además ésta en todas las direcciones antes de quedar asegurada con piedras y tierra, e imprimiendo continuos cambios de posición al pobre cuerpo, suspendido de tres clavos-, el sufrimiento debe ser atroz. Todo el peso del cuerpo se echa hacia delante y cae hacia abajo, y los agujeros se ensanchan, especialmente el de la mano izquierda; y se ensancha el agujero practicado en los pies. La sangre brota con más fuerza. La de los pies gotea por los dedos y cae al suelo, o desciende por el madero de la cruz; la de las manos recorre los antebrazos, porque las muñecas están más altas que las axilas, debido a la postura; surca también las costillas bajando desde las axilas hacia la cintura. La corona, cuando la cruz se cimbrea antes de ser fijada, se mueve, porque la cabeza se echa bruscamente hacia atrás, de manera que hinca en la nuca el grueso nudo de espinas en que termina la punzante corona, y luego vuelve a acoplarse en la frente y araña, araña sin piedad. Por fin, la cruz ha quedado asegurada y no hay otros tormentos aparte del de estar colgado. Levantan también a los ladrones, los cuales, puestos ya verticalmente, gritan como si los estuvieran desollando vivos, por la tortura de las cuerdas, que van serrando las muñecas y hacen que las manos se pongan negras, con las venas hinchadas como cuerdas. Jesús calla. La muchedumbre ya no calla; antes bien, reanuda su vocerío infernal. Ahora la cima del Gólgota tiene su trofeo y su guardia de honor. En el extremo más alto, la cruz de Jesús; a sus dos lados, las otras dos. Media centuria de soldados con las armas al pie rodeando la cima. Dentro de este círculo de soldados, los diez desmontados del caballo jugándose a los dados los vestidos de los condenados.

En pie, erguido, entre la cruz de Jesús y la de la derecha, Longinos que parece montar guardia de honor al Rey Mártir. La otra media centuria, descansando, está a las órdenes del ayudante de Longinos, en el sendero de la izquierda y en el rellano más bajo, a la espera de ser utilizados si hubiera necesidad de hacerlo. Los soldados muestran una casi total indiferencia; sólo alguno,de vez en cuando, alza la cabeza hacia los crucificados. Longinos, sin embargo, observa todo con curiosidad e interés, compara y mentalmente juzga: compara a los crucificados -especialmente a Cristo- con los espectadores. Su mirada penetrante no se pierde ni un detalle, y para ver mejor se hace visera con la mano porque el sol debe molestarle. Es, efectivamente, un sol extraño; de un amarillo-rojo de llama Y luego esta llama parece apagarse de golpe por un nubarrón de pez que aparece tras las cadenas montañosas judías y que corre veloz por el cielo para desaparecer detrás de otros montes. Y cuando el sol vuelve a aparecer es tan intenso, que a duras penas lo soportan los ojos.

Mirando, ve a María, justo al pie del escalón del terreno, alzado hacia su Hijo el rostro atormentado. Llama a uno de los soldados que están jugando a los dados y le dice: -Si la Madre quiere subir con el hijo que la acompaña, que venga. Escóltala y ayúdala. Y María con Juan -tomado por hijo- sube por los escalones incididos en la roca tobosa -creo- y traspasa el cordón de los soldados para ir al pie de la cruz, aunque un poco separada, para ser vista por su Jesús y verlo a su vez.

La turba, enseguida, le propina los más oprobiosos insultos, uniéndola a su Hijo en las blasfemias. Pero Ella, con los labios temblorosos y blanquecidos, sólo busca consolarlo con una sonrisa acongojada en que se enjugan las lágrimas que ninguna fuerza de voluntad logra retener en los ojos. La gente, empezando por los sacerdotes, escribas, fariseos, saduceos, herodianos y otros como ellos, se procura la diversión de hacer como un carrusel: subiendo por el camino empinado, orillando el escalón final y bajando por el otro sendero, o viceversa; y, al pasar al pie de la cima, por el rellano inferior, no dejan de ofrecer sus palabras blasfemas como don para el Moribundo. Toda la infamia, la crueldad, el odio, la vesania de que, con la lengua, son capaces los hombres quedan ampliamente testificadas por estas bocas infernales. Los que más se ensañan son los miembros del Templo, con la ayuda de los fariseos.-¿Y entonces? Tú, Salvador del género humano, ¿por qué no te salvas?(...)

sigue...

(...)Pero el mal ladrón continúa sus imprecaciones. Jesús calla. Jadeante por el esfuerzo de la postura, por la fiebre, por el estado cardiaco y respiratorio, consecuencia de la flagelación sufrida en forma tan violenta, y también consecuencia de la angustia profunda que le había hecho sudar sangre, busca un alivio aligerando el peso que carga sobre los pies suspendiéndose de las manos y haciendo fuerza con los brazos. Quizás lo hace también para vencer un poco el calambre que ya atormenta los pies y que es manifiesto por el temblor muscular. Pero las fibras de los brazos -forzados en esa postura y seguramente helados en sus extremos, porque están situados más arriba y exangües (la sangre a duras penas llega a las muñecas, para rezumar por los agujeros de los clavos, dejando así sin circulación a los dedos)- tienen el mismo temblor. Especialmente los dedos de la izquierda están ya cadavéricos y sin movimiento, doblados hacia la palma. También los dedos de los pies expresan su tormento; sobre todo, los pulgares, quizás porque su nervio está menos lesionado: se alzan, bajan, se separan.

Y el tronco revela todo su sufrimiento con su movimiento, que es veloz pero no profundo, y fatiga sin dar descanso. Las costillas, de por sí muy amplias y altas, porque la estructura de este Cuerpo es perfecta, están ahora desmedidamente dilatadas por la postura que ha tomado el cuerpo y por el edema pulmonar que ciertamente se ha formado dentro. Y, no obstante, no son capaces de aligerar el esfuerzo respiratorio; tanto es así, que todo el abdomen ayuda con su movimiento al diafragma, que se va paralizando cada vez más. Y la congestión y la asfixia aumentan a cada minuto que pasa, como así lo indican el colorido cianótico que orla los labios, de un rojo encendido por la fiebre, y las estrías de un rojo violáceo que pincelan e1 cuello a lo largo de las yugulares túrgidas, y se ensanchan hasta las mejillas, hacia las orejas y las sienes, mientras que la nariz aparece afilada y exangüe y los ojos se hunden en un círculo que, donde no hay sangre goteada de la corona, aparece lívido.

Debajo del arco costal izquierdo se ve la onda -irregular pero violenta- propagada desde la punta cardiaca, y de vez en cuando, por una convulsión interna, se produce un estremecimiento profundo del diafragma, que se manifiesta en una distensión total de la piel en la medida en que puede estirarse en ese pobre Cuerpo herido y moribundo.

La Faz tiene ya el aspecto que vemos en las fotografías de la Síndone, con la nariz desviada e hinchada por una parte; y también el hecho de tener el ojo derecho casi cerrado, por la hinchazón que hay en ese lado, aumenta el parecido. La boca, por el contrario, este abierta, y reducida ya a una costra su herida del labio superior.

La sed, producida por la pérdida de sangre, por la fiebre y el sol, debe ser intensa; tanto es así que Él, con una reacción espontánea bebe las gotas de su sudor y de su llanto, y también las de sangre que bajan desde la frente hasta el bigote, y se moja con estas gotas la lengua...La corona de espinas le impide apoyarse al mástil de la cruz para ayudarse a estar suspendido de los brazos y aligerar así los pies. La zona lumbar y toda la espina dorsal se arquean hacia afuera, quedando Jesús separado del mástil de la cruz del íleon hacia arriba por la fuerza de inercia que hace pender hacia adelante un cuerpo suspendido, como estaba el suyo. Los judíos, rechazados hasta fuera de la explanada, no dejan de insultar, y el ladrón impenitente hace eco. El otro, que mira con piedad cada vez mayor a la Madre, y que llora, le reprende ásperamente cuando oye que en el insulto está incluida también Ella(...)

sigue...

(...)Los otros soldados, que estaban jugando a los dados, han dejado de hacerlo y se han puesto en pie; se han puesto también los yelmos, que habían servido para agitar los dados, y están en grupo junto a la pequeña escalera excavada en la toba, silenciosos, atentos. Los otros están de servicio y no pueden cambiar de postura. Parecen estatuas. Pero alguno de los más cercanos, y que oye las palabras de María, musita algo entre los labios y menea la cabeza.

Un intervalo de silencio. Luego nítidas en la oscuridad total las palabras:

-Todo está cumplido! - y luego el jadeo cada vez más estertoroso, con pausas de silencio entre un estertor y el otro, pausas cada vez mayores.

E1 tiempo pasa al son de este ritmo angustioso: la vida vuelve cuando el respiro áspero del Moribundo rompe el aire; la vida cesa cuando este sonido penoso deja de oírse. Se sufre oyéndolo, se sufre oyéndolo... Se dice:

-¡Basta ya con este sufrimiento! - y se dice: -¡Oh, Dios mío, que no sea el último respiro!

Las Marías lloran, todas, con la cabeza apoyada contra el realce terroso. Y se oye bien su llanto, porque toda la gente ahora calla de nuevo para recoger los estertores del Moribundo.

Otro intervalo de silencio. Luego, pronunciada con infinita dulzura y oración ardiente, la súplica:

-¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu! Otro intervalo de silencio. Se hace leve también el estertor. Apenas es un susurro limitado a los labios y a la garganta. Luego... adviene el último espasmo de Jesús(...)

Del libro: Pasión y Muerte de Jesús (revelaciones de Jesús a María Valtorta)